Los últimos rastros de la época musulmana

La conquista musulmana llegó a la ciudad de Valencia en el año 710. En la actualidad los restos de su arquitectura han quedado reducidos al mínimo. En el barrio del Carmen, y ante la mirada despistada de muchos, aparecen los últimos resquicios de esta conquista.

Entre callejuelas desordenadas y descampados abandonados, se puede observar restos de la muralla árabe, datada del siglo XI. A principios de este siglo Valencia se convirtió en capital de la Taifa de Valencia, tras la caída del Califato de Córdoba. Esto hizo que la ciudad experimentara un gran crecimiento urbanístico y con ello, se apostó por un aumento de la protección de los ciudadanos.

De este modo, se construyó este recinto amurallado de siete puertas. A juzgar por los comentarios del cronista Al-Udri, muerto en 1085, ésta debió de ser una muralla paradigmática de la arquitectura e ingeniería militar musulmana dentro de Al-Andalus. “No se conoce en Al-Andalus ciudad de muros más perfectos y más hermosos”, afirmó en sus escritos.

Los elementos principales de la muralla musulmana valenciana eran: el foso, la barbacana y la muralla propiamente dicha. El foso se solía anegar con agua para que resultase más eficaz. La barbacana antecede a la muralla y es un muro normalmente almenado de menor altura y grosor, y cuya función es la evitar la labor de zapa, estrategia militar que consiste en la excavación de túneles bajo la muralla para tomar la ciudad. Por ello sus cimientos eran bastantes profundos.

La solidez del recinto amurallado permitió a los moros valencianos resistir el asedio por parte del Cid y posteriormente, a la conquista de la ciudad por Jaime I el conquistador. 
Las siguientes fotografías muestran los ejemplos del pasado musulmán que emergen tras las calles del barrio del Carmen.

Resto de la muralla, en la calle Salinas (junto al Portal de la Valldigna)

Este resto de muralla árabe aparece en la calle de Salinas, entre los números 15 y 19, data del año 1000. Construida de mampuesto, tiene un espesor de alrededor de los dos metros.  Pertenecía a la línea recta dibujada desde las torres de Serranos, desembocando en una suave curva en la calle de Salinas.

Torre del Ángel en la plaza con el mismo nombre

La Torre del Ángel, que formaba parte  de una antigua posada con el mismo nombre, es otro de los pocos vestigios que quedan en pie de las murallas de la Valencia musulmana. Se trata de una torre de planta semicircular que data de la época taifa en el siglo XI. Además, fue declarada Monumento Histórico Artistico Nacional en el año 1963. A pesar de su importante valor, el monumento tiene escaso mantenimiento, por lo que se encuentra en pésimas condiciones.

Detalle de una parte de la pared de la muralla árabe, en la calle Palomino

Paseando por las calles reformadas del Carmen, encontramos ante la sorpresa de los transeúntes, una parte de muralla integrada en la nueva pared. En esta esquina de la calle Palomino, se encuentra un horno dentro del cual también se divisa la muralla. Son muchos los curiosos que acuden al local para ver de cerca este resto arquitectónico.

Edificio del Almudín

Actual plaza de la Almoina

Su nombre procede de la palabra ‘almud’ que significa unidad de medida de granos. Esto es debido a la función del edificio (del siglo XV), que estaba destinado al almacenamiento, distribución y venta de trigo de la ciudad de Valencia. El Almudín era un edificio de propiedad real, y después pasó a manos Consell Municipal de Valencia. Recibía importaciones de trigo dado el carecimiento de este producto de primera necesidad en la zona.

«En el siglo XIV se considera que Valencia es mezquina y mora»

La huella que dejó la esencia árabe es hoy un rastro a penas perceptible por los valencianos. La arquitectura de la época musulmana ha dejado escasos monumentos y los que hay, están poco cuidados, encerrados en rincones insospechados y sin una debida atención. El profesor de Historia Medieval, Manuel Ruzafa, reconoce que en la ciudad de Valencia «no hay un monumento árabe siginificativo como si lo hay en Zaragoza o Toledo”. Según el profesor,“Valencia es gótica, románica y Renacenstista pura”, por lo que se distancia mucho del arte árabe. Ruzafa también descarta la existencia de elementos o materiales de estilo hispano-musulmán o mudéjar: “que se sepa de momento, Valencia no tiene arte mudéjar”, señala. Este desenlace del patrimonio árabe es consecuencia de que «en el siglo XIV se considera que Valencia es mezquina y mora», como apunta el catedrático, por lo que se eliminaron muchos de sus restos.

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